A todos aquellos que no la conocen
-y todos aquellos que creéis conocerla-:
INGENUOS.
Disculpaos por mirarla desde arriba;
agradeced que os devuelva la mirada.
Besad cada centímetro de suelo que rozan sus pies
y no oséis pedir su calor.
Que ella, que ha amado poco,
Lo poco que ha amado, intensa
y fuertemente.
Que a ella no la cambian las estaciones,
las estaciones se dejan llevar por sus aires.
Y en cualquier época del año
altera la sangre a cualquiera.
A ella no puedes hablarle de firmamentos,
los ha besado todos.
Ella, que viste las taras más perfectas
que hayáis visto jamás.
No la toméis por loca;
no tiene la culpa de perder vuestra cordura.
Ni de ser vuestro caos y os salve la vida.
A ella, queredla trastornada.
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