viernes, 26 de septiembre de 2014

Quiero que sepas.


Quiero que sepas que yo habito en todo  lo que creo,
Que todo el mundo lo hace. Y hasta el más ateo cree.

Que puedo decir que sé volver sobre mis pasos
Y cometer los mismos errores
Por placer.
Por ver los senderos en los que me perdí –y me pierdo-;
Por ver las trampas en las que caí, y ya no caigo, porque el diablo sabe más por viejo que por diablo;
Por volver a sembrar despacio, y recoger con prisas
El cabello enredado de un par de besos.
Y es un virtuoso defecto  del que no todo el  mundo tiene el privilegio de presumir.

Que me gusta recrearme en mis bailes preferidos,
Con mis canciones preferidas,
Con mis personas preferidas
Y, preferidamente –si cabe- despreocupada.

Que sé plantar cara a un pasado en sepia y ver
Cómo de a poquito, alguien acaba tan impreso en mis pupilas
Que hasta me ha parecido ver correr
Su tinta por mis venas.

Quiero que sepas:
Que creo en que si escuece, no es herida que se cura;
Es amor que vive, colea, baila y grita,
A viva voz
Que no se acaba,
Hasta que deje de doler.

Que creo en el extravío de los ojos en otros ojos,
Porque siempre me fue bien escogiendo un camino
Con los ojos vendados
Y con los pies en tierra firme.
Y quiero que sepas que seguramente mis pies no desatinen.

Que segura-mente,
Inseguro-corazón.




lunes, 22 de septiembre de 2014

"El miedo llamó a la puerta, contestó la confianza. Y cuando esta abrió, no había nadie."



Siempre he pensado que
nunca hubo nada más valiente en el mundo que temer solo al propio miedo.

Me equivoqué.

Nunca hice frente a mis monstruos
creyendo que eran más grandes que yo.
Y no.

Y les llamé, mil veces
por mi nombre.

Y solo entonces
entendí que soy su dueña.
Que se van con tan solo desearlo.
Que, si quiero, puedo hacerles cosquillas
hasta ganarles la sonrisa
para después esfumarse.

Puedo creer en lo que quiero
sin que ellos se escondan detrás.
Puedo querer lo que creo
sin que el querer se parezca
a nada que hayan sabido nunca.

Y ahora
Vivo en un lugar construido con muros de contención invisible
que me protegen de cualquiera que atente contra mi libertad.
De ahí que mis huellas se derritan con el roce del mar,
que ha tocado con sus aguas todos los continentes.
De ahí que sepa confundirme con la brisa
que viene y va
siempre que no la llamas.

Es
a todos los efectos,
hogar.